Bienvenido al Gran Hotel de las Emociones, donde todas ellas vienen para quedarseCada huésped tiene necesidades únicas. Ira, por ejemplo, es muy ruidosa y necesita mucho espacio para gritar y expandirse. Tristeza habla muy bajito y a veces inunda el baño. A Gratitud le encanta pasear al aire libre; nunca se sabe cuándo vendrá a sentarse a tu lado. Algunas emociones son grandes y otras más pequeñas, pero ninguna es rechazada. ¡En el Gran Hotel de las Emociones hay sitio para todo el mundo!
Bienvenido al Gran Hotel de las Emociones, donde todas ellas vienen para quedarseCada huésped tiene necesidades únicas. Ira, por ejemplo, es muy ruidosa y necesita mucho espacio para gritar y expandirse. Tristeza habla muy bajito y a veces inunda el baño. A Gratitud le encanta pasear al aire libre; nunca se sabe cuándo vendrá a sentarse a tu lado. Algunas emociones son grandes y otras más pequeñas, pero ninguna es rechazada. ¡En el Gran Hotel de las Emociones hay sitio para todo el mundo!
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