«Alekos era yo, en hombre», dijo Oriana Fallaci tiempo después.Alexandros Panagoulis, Alekos, fue para ella una causa, un espejo, ungran amor y también el argumento de su novela maestra. Fallaci loentrevistó en 1973, cuando él, un héroe de la resistencia en la Grecia de la dictadura, había salido de la cárcel tras sufrir varios años de brutales torturas y aislamiento, y a él dedicó su vida y todos susrecursos durante los siguientes tres años. En 1976, Panagoulis murióen un accidente de coche que nunca se ha esclarecido por completo. Enesta novela, Oriana Fallaci narra la historia de los dos, pero también la de él y también la de ella. La de los dos, casi imposible, unapasión condenada. La de él, un relato de heroísmo y convicción, perotambién con un lado oscuro al que ella no cerró los ojos. La de ella,un análisis de la entrega, del amor y de la admiración, tantas vecescontradictorios con la vida de una periodista que ya era una estrellacuando se conocieron. Esas tres facetas componen una de las novelasmás emocionantes de las letras contemporáneas, y un personaje no tanfácil de describir: un hombre.
«Alekos era yo, en hombre», dijo Oriana Fallaci tiempo después.Alexandros Panagoulis, Alekos, fue para ella una causa, un espejo, ungran amor y también el argumento de su novela maestra. Fallaci loentrevistó en 1973, cuando él, un héroe de la resistencia en la Grecia de la dictadura, había salido de la cárcel tras sufrir varios años de brutales torturas y aislamiento, y a él dedicó su vida y todos susrecursos durante los siguientes tres años. En 1976, Panagoulis murióen un accidente de coche que nunca se ha esclarecido por completo. Enesta novela, Oriana Fallaci narra la historia de los dos, pero también la de él y también la de ella. La de los dos, casi imposible, unapasión condenada. La de él, un relato de heroísmo y convicción, perotambién con un lado oscuro al que ella no cerró los ojos. La de ella,un análisis de la entrega, del amor y de la admiración, tantas vecescontradictorios con la vida de una periodista que ya era una estrellacuando se conocieron. Esas tres facetas componen una de las novelasmás emocionantes de las letras contemporáneas, y un personaje no tanfácil de describir: un hombre.
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